Se trata de un picor que los pacientes describen como: intenso, profundo, continuo, incesante, imposible de apaciguar, indescriptible... Se ha demostrado que el nivel e intensidad de picor que siente un paciente de Dermatitis Atópica Grave es incluso superior al de los pacientes de Urticaria.

Este intensísimo picor les lleva a menudo a buscar cualquier elemento con el que rascarse en la búsqueda de calmarlo: las uñas, los dientes, las llaves, el capuchón de un bolígrafo, una tarjeta de crédito, toallas ásperas… la lista es interminable. Y a pesar de que los pacientes saben que rascarse va a empeorar su estado son a menudo incapaces de controlar el impulso (más aún mientras duermen) y suelen rascarse con tal intensidad que se inflingen heridas profundas en cualquier parte del cuerpo.

Sentir este picor constante resulta agotador para los pacientes, y a este sentimiento de cansancio e impotencia a menudo le acompaña la incomprensión de quienes les rodean. Muchos pacientes aluden asimismo a la exasperación de saber que esa sensación no va a cesar y que van a continuar sintiendo ese intenso picor 24 horas al día.